- No compartas nada en automático. Pregunta y cuestiona más.
- Revisa quién comparte la información. Verifica de qué página o cuenta de redes sociales viene. ¿Es confiable? ¿Conocida?
- Identifica la fuente original de la información. Al final, lo más importante no es el transmisor sino dónde se generó de raíz.
- Confirma la información en los sitios oficiales de la fuente. Tómate unos segundos y ve a la página y perfiles oficiales de la supuesta fuente de información.